Cómo limpiar los utensilios y los materiales de limpieza

¿Te has preguntado alguna vez cómo limpiar los utensilios de limpieza?

Muchos de estos útiles contienen más bacterias de las que tiene un inodoro. Así que es importante limpiar el material de limpieza después de usarlo para frenar la contaminación cruzada. Te aconsejamos limpiar el material de limpieza al menos una vez al mes.

Algunos utensilios de limpieza son de un solo uso o desechables, aunque no todos. Cepillos, escobas y fregonas se utilizan más de una vez. Si los desinfectas bien, alargarás su vida útil. Si no se limpian bien, la siguiente vez que los uses quedaran partículas de suciedad donde estés limpiando.

A continuación, te explicamos cómo limpiar el material de limpieza no desechable tras su uso.

Elegir los mejores materiales de limpieza

Para conseguir unos buenos resultados es importante disponer de las herramientas adecuadas, como unos utensilios de limpieza en buen estado y productos efectivos.

Estos productos y utensilios para limpiar la casa deben ser de calidad, aunque tengas que invertir un poco más en ellos. Si compramos productos de mala calidad para ahorrar, pueden ser un problema, por ejemplo, con estropajos que rayen las superficies.

La utilidad de los materiales de limpieza depende de su uso correcto. Si se utilizan mal o para otras tareas, no conseguirás buenos resultados.

Vida útil de los utensilios de limpieza

Aunque son objetos con una vida útil limitada, puedes utilizar los utensilios durante más tiempo si los cuidas de forma correcta.

Para evitar que se desgasten rápido, usa los útiles de limpieza adecuadamente. Si los utilizas en otras actividades de limpieza, además de dañar lo que estés limpiando puedes deteriorar los útiles.

A la hora de limpiarlos, dependiendo del utensilio, deberás higienizarlo en profundidad mínimo una vez al mes para eliminar la suciedad y la presencia de bacterias. En esta entrada descubrirás que algunos útiles deberás limpiarlos semanalmente o tras su uso.

Si te dedicas a mantener los materiales de limpieza, también ahorrarás tiempo después, ya que limpiarás mejor y más rápido. Además, así evitas que se deterioren rápidamente.

Guarda tus utensilios adecuadamente y límpialos cuando toca.
Por ejemplo, no guardes los utensilios de limpieza que necesites lavar con los instrumentos limpios.
Si los sucios contactan con los útiles limpios, deberás lavarlos de inmediato. Para evitar que se junten, coloca los utensilios sucios cerca del lugar en que los lavas y los limpios en su espacio de limpieza.

Espacio de limpieza

Ten ordenado este armario o rincón de limpieza.

Mantener ordenados los productos y utensilios de limpieza te ayudará a ahorrar tiempo, ya que no estarás buscando donde está cada cosa.
En este espacio puedes colocar colgadores para plumeros, escobas y fregonas.

Para las bayetas, estropajos y paños puedes usar cestos. Eso sí, guarda en cestos separados los que emplees en el cuarto de baño de los del resto de la casa.

Lavado y desinfección de los utensilios de limpieza

Es mejor limpiar y desinfectar los útiles usados al terminar con la limpieza, para no tener que hacerlo al inicio de la próxima limpieza.

Para el lavado de los materiales de limpieza como escobas, cepillos o recogedores, debe destinarse un espacio adecuado, alejado de las áreas que ya han sido limpiadas.

La limpieza de los utensilios dependerá del tipo de residuo que se haya eliminado con él.
Para los usados en polvo o tierra, mezcla agua y detergente para eliminar cualquier residuo que conserve. En el caso de los utilizados para limpiar aceites o grasas, aplica un detergente alcalino, que elimina por completo los restos.

Para los materiales que se usen en zonas de alto riesgo de contaminación cruzada, se desinfectaran con hipoclorito sódico.

Secado después de la limpieza

Evita colocar los útiles sin secar en el espacio de limpieza.

Si los dejas mojados, puedes ayudar a la proliferación de gérmenes y bacterias que se alimentan de la humedad o de la acumulación de agua en las superficies.

Para ayudar a su secado, cuelga las escobas, plumeros y cepillos en los mencionados ganchos. En el caso de las bayetas, tiéndelas o estíralas para su secado al aire. Las fregonas puedes colocarlas en lugares donde el sol las seque.

Pasemos entonces a los utensilios de limpieza:

-PAÑOS

En anteriores entradas te hemos hablado de ellos. Son fundamentales para las tareas domésticas, así que deben estar limpios.

Dependiendo el material se lavarán de una forma u otra.
Los paños de microfibra puedes meterlos en la lavadora, eso sí, sin mezclarlos con tejidos como el algodón. Puedes ponerlos a secar en la secadora a temperatura media.
Los de algodón también puedes lavarlos en la lavadora. Se utilizan normalmente para eliminar manchas de las alfombras o absorber grandes derrames de algún líquido.

Los paños que uses en la cocina, sea cual sea su material, te recomendamos lavarlos a máquina con agua caliente y un detergente enzimático.

-ESTROPAJOS, BAYETAS, ESPONJAS

Estos elementos deben tener un solo fin específico. Por ejemplo, esta esponja solo para la vajilla, esta bayeta para la mesa de la cocina, etc.

Cada uno puede lavarse de una forma. Los que contengan algodón y microfibra pueden lavarse a máquina, aunque por separado.
Semanalmente, limpia los estropajos, bayetas y esponjas en agua con amoníaco, vinagre, lejía, bicarbonato o limón y déjalos durante toda la noche. Así eliminan todas las bacterias acumuladas. Al día siguiente, acláralos con agua y ponlos a secar. También puedes colocar los estropajos en el microondas.

Te recomendamos reemplazar los estropajos cada dos o tres semanas.
En el caso de las bayetas y esponjas, reemplázalas cada tres meses, aunque dependerá del uso que les des.

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-FREGONA

Mínimo una vez a la semana, limpia la fregona poniéndola en remojo en agua tibia con amoniaco o detergente. De esta manera eliminas todas las impurezas de la fregona y la desinfectas. Al sacarla del agua, enjuaga con agua fría.
Además, te aconsejamos que cada vez que friegues el suelo le des un enjuague con agua caliente a la fregona.

Otra recomendación es cambiar el agua del cubo cada vez que friegues, para eliminar los restos de detergente y no restregar la suciedad que previamente has limpiado. Hablando del cubo, para evitar que se estropee la fregona, no la dejes dentro con el agua sucia al terminar de fregar.

Es posible que necesites tener varias fregonas. Por ejemplo, si tienes mascotas en casa y usas una fregona para limpiar sus necesidades, debes tener una fregona específica solo para ello.

-ESCOBA

El primer paso en la limpieza de una escoba es sacudir el polvo en un espacio abierto o habilitado.
Seguidamente, para eliminar pelusas y pelos, ayúdate de un peine viejo.

Si la escoba está muy sucia, puedes lavarla con una mezcla de agua y detergente y eliminar el detergente con agua hasta que no salga espuma. También puedes usar agua y amoniaco. Con esta mezcla, deja la escoba en remojo toda la noche. En ambos casos, para que las cerdas no se deformen, pon la escoba a escurrir boca arriba para que se seque rápido. Si puede ser al aire libre, mejor. Una vez seca, ya puedes guardarla en su lugar correspondiente.

Un truco si tiene las cerdas destensadas es sumergirla en agua tibia durante 30 segundos y colgar la escoba durante un día o dos.

-PLUMERO

Quita el polvo del plumero sacudiéndolo en un espacio abierto o golpéalo suavemente para liberar el polvo en el suelo para aspirarlo.

Su limpieza dependerá del material. Para los plumeros sintéticos, la mejor opción es aspirarlos directamente. En el caso de los de plumas, lávalos con detergente o jabón para eliminar los restos de polvo. Lava hasta quitar el exceso de detergente.
Cuelga los plumeros en un espacio abierto para que se sequen al aire.

-CEPILLOS

Te aconsejamos que tengas varios de distintos tamaños y para diferentes usos: para el fregadero, para rincones, para azulejos, etc.

Si tienes un cepillo en la cocina para los platos, cazuelas y ollas, puedes meterlo en el lavavajillas.
Los del cuarto de baño han de desinfectarse de vez en cuando con agua oxigenada.
A los cepillos que se usan en muebles, ropa o cortinas puedes pasarles otro cepillo pequeño entre las cerdas para retirar los pelos, el polvo y las pelusas.

Después de cada uso, enjuaga los cepillos con agua caliente. Recomendamos no meter los cepillos en remojo con frecuencia, para no debilitar las cerdas. Cuando lo hagas, utiliza agua con bicarbonato de sodio, lejía o amoníaco. Enjuágalos con agua fría.

Para secarlos, no uses una toalla o bayeta, ya que pueden quedar pelusas entre las cerdas. Mejor disponlos al aire libre y asegúrate de que estén secos del todo antes de guardarlos.

-ASPIRADORA

Lo primero es comprobar que la aspiradora esté desconectada. Una vez al mes, usa un paño humedecido con detergente suave para limpiar la superficie y las mangueras. Pasa una bayeta para eliminar los restos de detergente.

Si tu aspiradora es de las que llevan bolsa, cámbiala cada vez que sea necesario o esté llena. Aprovecha para limpiar la aspiradora cuando hagas el cambio de bolsa.

Si en lugar de bolsa cuenta con un depósito extraíble, retíralo para limpiarlo a fondo con agua y jabón. Antes de volver a colocarlo, deja que se seque completamente.

Para limpiar el cepillo, quita todas las pelusas y pelos que estén enganchados. Puedes limpiar la base con un paño humedecido en alcohol. Con un paño de microfibra humedecido de limpiador multiusos, limpia el cuerpo del aspirador.

Por último, para cambiar o limpiar los filtros, es mejor que sigas las instrucciones del fabricante. Aunque puedes lavar el filtro con agua y jabón. Una vez aclarado, deja que se seque completamente antes de volver a colocarlo.
Te aconsejamos que cambies el filtro de aire cada seis meses o cada año para seguir obteniendo buenos resultados. Mejor si colocas un filtro de alto rendimiento o HEPA. Éstos atrapan más partículas de polvo que un filtro normal.

-Lavadora

Cada semana, limpia el exterior y el interior de tu lavadora. Limpia el exterior con un paño humedecido de detergente y agua, frota bien y retira con un paño. Para el interior, usa un paño húmedo que te ayude a eliminar las pelusas y la suciedad que quedan tras cada lavado.

Si crees que tu lavadora no está lavando correctamente y tus prendas no están tan limpias como deberían, es hora de una limpieza profunda.
Se hace programando un ciclo de lavado corto con detergente. Si la lavadora está muy sucia, llena la lavadora con agua tibia y añade detergente en polvo y media taza de cloro. Déjalos reposar durante 15 minutos. Finalmente, drena la mezcla y enjuaga con agua toda la máquina para eliminar cualquier rastro de suciedad y producto.

Además de limpiar la lavadora, puedes usarla para lavar otros utensilios de limpieza, como paños, trapos y bayetas. Con agua caliente, los desinfectas y eliminas los gérmenes.
Para conseguir un mejor resultado, usa un detergente enzimático. Mejor no emplees suavizante de la ropa, ya que recubre las fibras de los tejidos y restará eficacia a los útiles de limpieza.

¿Sabías cómo limpiar los útiles de limpieza? ¿Los limpias de otro modo?

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¡Hasta el próximo post!